Todavía conservo las fotografías de los viajes que hicimos, ciudades, monumentos y paisajes que adornaste con tu sonrisa. Y joder es que por mil veces que las vea entre las carpetas del portátil viejo o en el móvil, no tengo el valor para borrarlas. Parecías feliz, aunque segundos antes hubieses estado llorando por habernos perdido,Sigue leyendo

El corazón entre las manos…

Por alguna extraña razón, el amor nunca razona. El corazón late al ritmo que le da la gana, no pide permiso, no entiende que la tranquilidad, es la felicidad del alma. Por alguna extraña razón, el amor no pregunta, y se acelera sin consultar con la cabeza si conviene querer, o esconder las ganas. YSigue leyendo «El corazón entre las manos…»

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